Reflexión bíblica en: Filipenses 4.6,7
Estar afanado es un tremendo peligro al cual todos estamos expuestos por las diferentes labores y responsabilidades que realizamos día a día. Procurar tener el control de todas las cosas puede conducirnos a la desesperación, ya que obviamente es imposible. El afán es resultado de intentar controlar todo. Por otro lado, Dios espera que seamos responsables, serios y planificadores en todas las tareas que debemos realizar. ¿Cómo encontrar un equilibrio y evitar el afán?
Debemos ser dedicados y responsables en toda labor, pero descansar en el Señor en aquello que está fuera de nuestro alcance. Viviendo de esta manera, disfrutaremos de la paz de Dios que guardará nuestra manera de pensar. Sí, es posible disfrutar de esa paz divina cuando dejamos que Dios gobierne todos nuestros asuntos.
Dios declara:
Conociendo Dios nuestra realidad y limitaciones, nos instruye cómo descansar en Él en medio de un mundo caótico. El Señor Jesús nos instruyó en el sermón de la montaña que no procuremos controlar aquellas cosas que no están dentro de nuestra capacidad; Él dijo: “no os afanéis por el día de mañana”, pues obviamente eso escapa de nuestro control. Otra instrucción para evitar el afán es llevar nuestras peticiones a Dios en toda oración y ruego; es decir que en aquello que no podemos controlar, descansemos en la soberanía de Dios.
"6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús."
¡A disfrutar de la paz de Dios!
— Edward Zacarias, RRI, noviembre 2020.